Monday, March 19, 2012

Testimonio de Normando Hernández/Testimony by Normando Hernandez





Testimonio del Sr. Normando Hernández González, Periodista Independiente
Jueves, 16 de Febrero, 2012


Ver VIDEO aquí 


Lo siguiente es el texto de mi testimonio:


"La Sub-Comisión sobre Africa, la Salud Mundial y los Derechos Humanos de la Comisión de Relaciones Internacionales" 


Presidente Smith, Líder del partido minoritario Payne, y miembros de la Sub-Comisión:

Mi nombre es Normando Hernández González y soy un ex prisionero de conciencia de la causa de los 75 o lo que es lo mismo de la Primavera Negra de Cuba. En el 2003 en tan solo 10 días el gobierno cubano me hizo una petición fiscal de cadena perpetua de libertad, lo que es considerado en Cuba como una atenuante a la Pena de muerte por fusilamiento. A los 11 días, de forma sumaria, me celebraron la vista oral que quedó conclusa a sentencia a cadena perpetua de libertad. Al duodécimo día me sancionaron a 25 años de privación de libertad, de los que cumplí 7 años y 4 meses. ¿Mi “delito”? Defender con la punta de mi lápiz la libertad de expresión, de prensa, de pensamiento... de conciencia. Fui desterrado en 2010, a España, junto a mi esposa e hija después de los acuerdos entre los gobiernos de Cuba, España y la iglesia católica cubana.

En este momento, yo soy un Reagan-Fascell Democracy Fellow por la Fundación Nacional por la Democracia, pero estoy aquí a título personal y las opiniones expresadas aquí son mis propias opiniones.

Desde el principio quiero informarles que la violencia de la junta militar de Cuba contra mi pueblo aumenta por día. La Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, una organización independiente dentro de Cuba, constató 631 detenciones arbitrarias en el mes de enero de 2012, para un incremento del 135% en comparación con el mismo periodo del pasado año cuando fuero 268 detenciones. En las calles los defensores de los derechos humanos, especialmente las mujeres, son pateadas y golpeadas por la cabeza por miembros la policía política quedando, como en el caso de Yris Tamara Pérez Aguilera, inconscientes debido a los golpes recibidos. Las Damas de Blanco también son víctimas de represión. Muchas denuncian que mientras la policía las requisa, las desnudan, profieren palabras obscenas, se tocan sus genitales y la amenazan con violarlas.

Estamos lamentando la muerte del disidente Juan Wilfredo Soto, en mayo de 2011, quien fuera pateado por un policía a tal punto que a los dos días muriera a causa de la pateadura. A solo cinco meses de la muerte de Wilfredo Soto, en octubre de 2011, asesinaron a la líder de Las Damas de Blanco, Laura Pollán Toledo. Y hace a penas hoy 28 días asesinaron al preso de conciencia Wilmar Villar Mendoza, después de 50 días en huelga de hambre. Digo asesinaron porque estas muertes ocurrieron bajo custodia del Estado y eran completamente evitables. Tres disidentes asesinados en los últimos ocho meses a solo 90 millas del país más democrático del mundo.

Hoy, condeno a la junta militar cubana y pido justicia para los mártires y el pueblo de Cuba.

De mí les contaré que estuve en cuatro prisiones cubanas. Entré a la cárcel siendo una persona completamente saludable, pero hoy convivo con el bacilo de la tuberculosis pulmonar, tengo un síndrome de intestino irritable, condromalacia en las rótulas de ambas rodillas y en la tráquea. Además padezco un síndrome depresivo crónico con síntomas somáticos y vivo sin vesícula debido a una tortura que sufrí durante los dos últimos años de encierro.

Sin embargo hoy prefiero no hablar más de mí, sino de los que, en estos momentos, son torturados. Quiero hablar no solo de los presos políticos, sino también de los casi cien mil presos que malviven hacinados en las más de 250 prisiones y campos de trabajo forzado con los que cuenta Cuba. Vengo a describirles algunas de las torturas directas e indirectas a que son sometidos los presos cubanos.

En el argot presidiario la guagüita o crucifixión es una tortura que consiste en esposar a los reclusos, completamente desnudos, de espalda a la reja del calabozo de castigo con los brazos abiertos en forma de cruz. Así los mantienen durante horas, viéndose obligados a realizar sus necesidades fisiológicas en esas circunstancias. En tiempo de frío les tiran cubos de agua en horas de la madrugada. Los mosquitos les chupan la poca sangre que los puede calentar.

La sillita es otra de las torturas utilizadas por los carceleros representantes del régimen cubano. Esta consiste en esposar ambas manos a la espalda del preso y unirlas con otra esposa a los pies que también se encuentran esposados. Tirados de lado en el sucio, húmedo o mojado piso permanecen los presos durante horas. Las ratas, cucarachas, hormigas y todos los insectos que pululan en estos antros de perdición hacen presa fácil del torturado. Sus gritos de terror aún los tengo en mi mente. No sé si algún día los pueda olvidar.

Pero estás torturas no son nada comparadas con, lo que a mi juicio es, lo peor que ocurre dentro de las cárceles cubanas. El sadismo, la negligencia, la crueldad de los funcionarios y directivos penitenciarios más las torturas directas e indirectas conllevan a los recluso a que se auto-agredan reclamando derechos reglamentados. Desesperados, se inyectan petróleo o excremento con orina en cualquier parte del cuerpo, se cercenan los dedos de las manos, se tragan alambres, se derriten plásticos encima de sus extremidades inferiores y superiores, se hacen profundas y largas heridas con cuchillas de afeitar, se cortan sus tendones y venas y hasta se introducen frías agujas de acero por sus ojos. Muchos pierden la vida, los demás, quedan lesionados por el resto de sus días.

Honorables miembros del subcomité, todo lo que aquí les expongo, tanto los otros ex presos políticos cubanos, disidentes y opositores pacíficos de dentro y fuera de Cuba como yo, en sí, la verdadera sociedad civil cubana, lo hemos denunciado durante años a instituciones internacionales defensoras de los derechos humanos como: el Comité para la Protección a los Periodistas, Amnistía Internacional, Human Rights Watch, Parlamento Europeo, Naciones Unidas y muchas más. A su vez estas instituciones sirviéndose de nuestros testimonios han exigido el pleno respeto de los derechos humanos en Cuba.

Sr. Chairman, para Cuba ya es hora. Encarecidamente les pido condenen la deplorable situación a las violaciones de los derechos fundamentales de los cubanos. No permitamos que los mejores hijos de la patria continúen siendo torturados y asesinados. Sin el apoyo internacional a la oposición pacífica cubana, los hermanos Castro continuarán reprimiendo al pueblo de Cuba y terminarán masacrándolo como está ocurriendo hoy en día con el pueblo sirio. Continúen apoyando a la disidencia y la oposición pacífica cubana, a la prensa independiente quienes con valor enfrentan al sistema totalitario que nos asfixia por 53 años. Los cubanos tenemos conciencia de que el problema de Cuba lo debemos resolver entre nosotros, pero necesitamos la ayuda del mundo libre, y específicamente la ayuda de ustedes, como la necesitó Sudáfrica en su momento.

Honorables miembros del Congreso de los Estados Unidos, no lo olvidemos: Para Cuba ya es hora.

Muchas gracias. 

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Testimony of Mr. Normando Hernández González, Independent Journalist
Thursday, February 16, 2012


See VIDEO here


The following is the text of my testimony:


“House Committee on Foreign Affairs, Subcommittee on Africa, Global Health, and Human Rights”


Chairman Smith, Ranking Member Payne, and members of the subcommittee:


My name is Normando Hernández González, and I am a former prisoner of conscience from the cause of the 75, or what is also known as the Cuban Black Spring. In 2003, over the span of just 10 days, the Cuban government requested that I receive a life sentence, which in Cuba is considered the last alternative to being executed by a firing squad. On the eleventh day, in summary form, they gave me a trial, which concluded with a sentence of life in prison, and on the twelfth day, they sentenced me to 25 years of detainment, of which I completed 7 years and 4 months. My "crime”? To defend, with the tip of my pen, freedom of speech, press, thought, conscience. I was exiled to Spain in 2010 together with my wife and daughter after an agreement was reached between the governments of Cuba and Spain, and the Cuban Catholic Church.


Currently I am a Reagan-Fascell Fellow at the National Endowment for Democracy, but I am speaking in my personal capacity and the views expressed here are entirely my own.


At the outset, let me point out that the violence of Cuba's military junta against my countrymen increases every day. The Cuban Commission of Human Rights and National Reconciliation, an independent organization in Cuba, confirmed 631 arbitrary arrests in the month of January 2012, an increase of 135% in comparison with the same period last year when there were 268 arrests. In the streets, human rights defenders, especially women, are kicked and beaten by the political police, and, as was the case of Yris Tamara Pérez Aguilera, knocked unconscious due to blows to the head. . The Ladies in White are also victims of repression. Many have reported that while detained, police strip them naked, shout obscenities at them, touch their genitals, and threaten to rape them.


We are mourning the death of dissident Juan Wilfredo Soto who, in May 2011, was kicked by a policeman to the point that he died two days later as a result of the beating. In October 2011, just 5 months after the death of Wilfredo Soto, they murdered the leader of the Ladies in White, Laura Pollan Toledo. It has been barely 28 days since the murder of prisoner of conscience Wilmar Villar Mendoza, following 50 days on a hunger strike. I say “murdered” because these deaths occurred under the custody of the state and were completely avoidable. Three dissidents killed in the last 8 months, only 90 miles from the most democratic country in the world.


Today, I condemn the Cuban military junta and call for justice for the martyrs and people of Cuba.


For my part, I was in four Cuban prisons. I entered prison as a completely healthy person, but now I live with the bacillus of pulmonary tuberculosis, irritable bowel syndrome, chondromalacia patellae in both knees and in the trachea. I also suffer from chronic depressive disorder with somatic symptoms, and I live without my gallbladder thanks to torture I suffered during my final two years in prison.


Today, however, I prefer not to talk more about myself, but rather, about those who are being tortured at this very moment. I want to speak not only of political prisoners, but also of the nearly 100,000 prisoners who live in poor, overcrowded conditions in the more than 250 prisons and labor camps that are in Cuba. I shall now describe some of the direct and indirect methods of torture to which Cuban prisoners are subjected.


In prisoner slang, the “guagüita,” or crucifixion, is a method of torture that consists of handcuffing the inmate, completely naked, with his back to the bars of the torture cell with arms open in the form of a cross. The prisoner is kept like this for hours, so that he is obliged to perform his bodily functions in such circumstances. In cold weather, the guards throw buckets of water in the early morning hours. Mosquitoes suck what little blood that can be heated.


The “sillita,” or little seat, is another of the torture methods used by the guards of the Cuban regime. This involves both hands being handcuffed behind the prisoner’s back and tied to another set of handcuffs fastened around the prisoners’ feet. Lying sideways on the damp or wet dirt floor, the prisoners are left to remain there for hours. Rats, cockroaches, ants and all of the insects that swarm in these dens of perdition find the tortured prisoner to be easy prey. I still hear their screams of terror in my mind. I do not know if I can ever forget them.


But these torture methods are nothing compared with what I believe is the worst thing that happens in Cuban jails. The sadism, negligence, and cruelty of prison guards and officials, in addition to the more direct and indirect torture, leads the prisoners to attack themselves so that they can demand the basic rights that all prisoners should be afforded under the Cuban penitentiary system. Out of desperation, they inject oil or urine mixed with feces into any part of the body, sever fingers from their hands, swallow barbed wire, melt plastic on their upper and lower extremities, make deep, long cuts with razorblades, cutting their own tendons and veins, or even insert cold steel needles into their eyes. Many lose their lives; others are injured for the rest of their days.


Honorable members of this committee, together with other former Cuban political prisoners, dissidents, and the peaceful opposition movement in Cuba, in effect, the true Cuban civil society, everything that I have put forward here, we have reported for many years to international defenders of human rights, such as the Committee to Protect Journalists, Amnesty International, Human Rights Watch, the European Parliament, the United Nations, and many others. At different times, these institutions have used our testimony to demand full respect for human rights in Cuba.

Mr. Chairman, for Cuba, the time is now. I strongly urge you to condemn this deplorable situation in which the fundamental rights of Cubans are being violated. Let us not allow the best sons and daughters of our country to continue to be tortured and killed. Without international support for peaceful Cuban opposition, the Castro brothers will continue repressing the people of Cuba and will massacre them, just like what is happening today to the people of Syria. Let us support the dissident movement and the peaceful Cuban opposition who courageously challenges the totalitarian system that has asphyxiated us for 53 years. Cubans know that we must solve our country’s problem ourselves, but we need the help of the free world, and specifically help from you all, just as South Africa needed help during its time.


Honorable Members of the United States Congress, let us not forget that for Cuba, the time is now.


Thank you very much. 

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