Friday, August 21, 2015

Un 13 de agosto en Cuba




Por Leonardo Rodríguez Alonso


Sufrir un 13 de agosto en Cuba es una experiencia humillante, y seguirá siéndolo de manera progresiva en la medida en que aumente esta dictadura a lo Castro. Es el caso que la corrupción en todas la instituciones gubernamentales a la vista de la población hacen que cada vez menos personas les hagan el juego al sistema, de esa manera se va produciendo un proceso de selección «natural» que tiene como principal condición la pérdida total de la vergüenza, único «don» que justifica que todavía haya personas capaces de celebrar el cumpleaños del hombre que ha gobernado la mitad de nuestro periodo republicano a golpe de bayoneta.

En la foto, se muestra un expendio de cerveza al frente de la vivienda de Jesús González Triana. En la pared de su casa, ubicada en la calle Andrés Cueva # 78, en Camajuaní, se lee: «Felicidades Fidel»; al lado, en la vivienda aledaña, se puede observar una foto de los hermanos Castro. Encerrado en un círculo, Teodoro Verdecía Triana, connotado agente de la Seguridad del Estado (S.E).

¿Quién es Jesús? Este señor, que ronda los 80 años, lleva alrededor de 40 al frente de la fábrica de ron, perteneciente al combinado Cubanacán. En este centro funge una brigada de respuesta rápida que participa en actos de repudio contra opositores pacíficos y además, es muy frecuentado por funcionarios de empresas, dirigentes de todos los niveles y miembros de la PNR municipal. Por eso Jesús, según la voz popular, tiene a todo el mundo comiendo en su mano y es el hombre más poderoso de la comarca. i Claro que tiene que celebrar cada 13 de agosto!

Wednesday, August 5, 2015

Un domingo con las Damas de Blanco

En la foto, primera a la izquierda, Lía Villares, sirve de intérprete entre Raúl Borges y un turista extranjero.

Por: Leonardo Rodríguez Alonso


Este domingo, tres de agosto, pude hacer realidad mi sueño de ser testigo de la caminata que efectúan semanalmente esas gloriosas mujeres armadas con gladiolos: las Damas de Blanco; sí, porque ya tienen nombre propio y están en la historia furtiva de esta tiranía.

Como es habitual, todas las semanas la iglesia de Santa Rita es el escenario para pedir por la liberación de todos los presos políticos que sufren los rigores de la represión totalitaria. Allí, fuimos cuatro villaclareños para sumarnos a la campaña #TodosMarchamos, una convocatoria nacional que tiene muy preocupado al poder imperante en esta Isla.

Fue hermoso presenciar la caminata de las féminas por la 5ta Avenida y su regreso al parque Mahatma Gandhi. Compartimos con familiares de presos políticos, como Raúl Borges, padre del emblemático preso político Ernesto Borges y la abuela de Danilo Maldonado (El Sexto), entre otros.

Pero el extracto de valentía es más puro cuanto más férrea es la tiranía, lo que podemos constatar todos los domingos cuando estas mujeres antes de partir para la 3ra Avenida comienzan a despojarse de todos sus atuendos: las banderas cubanas que llevan con orgullo, sus aretes, anillos, y algunas, hasta sus espejuelos.

En esta avenida las esperan las turbas castristas armadas con palos, los ojos inyectados de sangre y las fauces abiertas, propias de los más feroces depredadores de la prehistoria, pues hasta muerden a los opositores. Estos especímenes no razonan, son maquinarias manejadas por los estrategas de la Seguridad del Estado (S.E) y no es de dudar que estén depositando sustancias estimulantes en los alimentos, única razón que justifica este comportamiento irracional e inhumano.

Al llegar a la citada calle 3ra las mujeres son empujadas al interior de los ómnibus; mientras, Raúl Borges, solo, fue escoltado por varios policías para que la turba le gritara improperios, ofensas y amenazas; una mujer trató de golpearlo con un madero. Él, por encima de esas bajezas, no sucumbió a la provocación y soportó estoicamente la pretendida humillación; fue introducido en el carro patrulla y abandonado a unas cuadras de la vivienda de Antonio González Rodiles, en donde nos describió lo acontecido.


Hay hechos que nos marcan, este domingo de agosto conocí personalmente a una joven que me impactó sobremanera: Lía Villares, una linda muchacha, tierna, «frágil», con un valor y un arrojo que me hace sentir asco de tantos fortachones vendidos al mejor postor y que hacen alardes de valentía por doquier. Lía, me demostró una vez más que la apariencias engañan cuando nos dijo: «Tomen estas tarjetas, sáquenlas de aquí, llévenselas a Rodiles, yo voy para la 3ra». Recordé a Agramonte y el rescate de Sanguily, fue el hecho más heroico de la guerra de independencia; pero Lía fue contra los molinos, caminando, despacio, sin machetes y sin armas de fuego, solo llevó una sonrisa tierna y un pecho menudo repleto de amor y como adarga un gladiolo.