Tuesday, November 29, 2011

Presentación de César Menéndez Pryce en la reunión del Instituto La Rosa Blanca el 12 de noviembre de 2011


Estimados amigos:
Es para mí un placer y un honor estar aquí con ustedes en la inauguración de este Instituto de Pensamiento La Rosa Blanca.  Ahora no puedo más que recordar al artífice de todo esto, el señor Rafael Díaz Balart, quien dedicó toda su vida y obra a la nación cubana. Rafael siempre hizo mucho hincapié en lo que, según él, era uno de los principales problemas de Cuba, las relaciones raciales. Por eso es para mí - repito- un grandísimo honor que Lincoln Díaz Balart me haya invitado a conversar de forma breve de un tema tan importante, que sin embargo, a lo largo de la historia ha estado rodeado de un halo de tabú.
Cuba, por definición, es un país mestizo donde conviven dos razas desde hace más de cuatro siglos. Aunque, originalmente, una raza representaba al poder colonial y la otra a los esclavos arrancados de África, con el transcurso del tiempo, estas razas tan diferentes conformaron al cubano actual, integrado en una sociedad multirracial, con cultura, idioma y costumbres propias. 
En 1868 cuando Carlos Manuel de Céspedes comenzó la Guerra de Liberación, la población de la isla alcanzaba aproximadamente un millón y medio de habitantes - 70 por ciento blancos y el 30 por ciento negros. Y es significativo el dato de que, al final de la contienda, el 70 por ciento de los soldados del ejército mambí eran negros, así como el 40 por ciento de los generales.
Antonio Maceo, Guillermón, Moncada, Quintín Banderas, Manuel Delgado, por sólo citar algunos, representan el espíritu que caracterizó la lucha por la liberación.  El mayor aporte en vidas y esfuerzo lo realizaron los cubanos negros, en ese anhelo de alcanzar el último aspecto que faltaba para consolidar la nación cubana: la independencia de la patria.
Tras la firma del tratado de París, donde España reconoce la derrota en su contienda contra Estados Unidos, los norteamericanos intervienen en Cuba y con ello, la situación de la población negra empeora. Los siguientes gobiernos de Estrada palma y José Miguel Gómez no hacen nada por solucionarlo.
Durante los primeros gobiernos de la República los negros perdieron lo que habían conquistado en el campo de batalla luchando contra la metrópolis española. Los anexionistas se dedicaron a levantar el miedo a la revolución negra en la isla para negar los derechos a los cubanos afrodescendientes.  El descontento de los negros fue la causa de la creación del Partido Independiente del Color por Evaristo Estenoz con el fin de participar en las elecciones de 1908.  Este partido fue el embrión del levantamiento negro en Cuba que entró en la historia como la Guerra del Color de 1912, rebelión que fue sofocada sangrientamente en algo más de dos meses con el terrible saldo de 3000 compatriotas muertos. 
Aunque en la República la situación del negro mejoró, no podemos afirmar que se igualó a su compatriota blanco. Ya en la Constitución de 1940 se proclama la igualdad racial. En esta época los negros se protegen organizando sociedades de socorro y beneficencia  como la Unión Fraternal, el club social Buena Vista, La tropical. Estas organizaciones les permitieron a muchos acceder a la educación y a puestos de trabajo vedados hasta entonces a los de su raza. 
El Partido Socialista, legal en esa época, influyó en la mejora de las condiciones de los obreros y en particular de los negros. Muchos dirigentes sindicales negros militaron en sus filas y desde allí representaron a la clase obrera cubana. Por mencionar algunos nombres Jesús Menéndez, Aracelio Iglesias, Blas Roca y Lázaro Peña comenzaron su andadura política dentro del Partido Socialista de Cuba.
En la Cuba actual el problema negro no se ha resuelto ni mucho menos. A pesar de que el discurso oficial afirma que en la isla, después del triunfo de la Revolución, se eliminó el racismo, la verdad es que los negros ocupan el último nivel de la escala social.  El propio Fidel Castro, a raíz del III congreso del Partido Comunista, reconoce que existen muchos indicios de discriminación en la sociedad y propone una especie de discriminación positiva para que los negros accedan a parcelas de poder solamente reservadas para sus revolucionarios compatriotas blancos. Esta discriminación positiva apenas repercutió en la sociedad. Los criterios del color siguieron predominando a la hora de seleccionar cuadros dirigentes, gerentes de firmas, embajadores, miembros del comité central. En este mismo período la población penal cubana es en su gran mayoría negra, los índices de fracaso escolar inciden más en los alumnos negros, las familias negras son las más desestructuradas, los habitantes de los barrios marginales siguen siendo mayoritariamente negros y así un largo etc. de ejemplos.
Los cubanos, con la Revolución, se han convertido en ciudadanos de segunda, sin derechos ni libertades, y el problema negro continua intacto, con el agravante de que no existen canales para reparar esta injusticia. Incluso, se da la paradoja de que los negros son llamados constantemente a agradecer la obra de la Revolución bajo el argumento   de que por primera vez en al historia son verdaderamente libres y son amenazados con el fantasma del miedo a que regresen los cubanos de Miami con su racismo burgués.
No obstante a esto, muchos de los grupos disidentes cubanos son encabezados por líderes negros. El doctor Oscar Elías Bisset, Vladimiro Roca, Guillermo Fariñas, Manuel Cuesta Morúa, Berta Soler, Jorge Luis García Pérez, Antúnez, entre otros, representan a los líderes opositores negros que heroicamente se enfrentan a la dictadura castrista en favor de los derechos humanos y la democracia.
El rap cubano, negro y contestatario, es una de las pocas manifestaciones culturales que dentro de Cuba ha logrado señalar abiertamente a la dictadura como la causa de las desgracias de la isla. Grupos como Los Aldeanos y Eskuadrón Patriota prestan sus gargantas para ponerle ritmo al malestar colectivo de la juventud cubana.
Es bueno señalar, y en esto deberíamos enfatizar en este Instituto que ahora creamos, que no habrá igualdad de oportunidades, ni derechos, ni libertades para nadie en Cuba hasta que no se establezca en la isla un gobierno democrático, que se someta al Estado de Derecho. Por tanto, la labor fundamental de todos los comprometidos con el futuro de la isla, será aunar esfuerzos y voluntades para luchar por derrocar a la dictadura y  así establecer un marco donde todas las diferencias sociales se puedan solventar democráticamente,  un  marco donde las palabras del maestro, José Martí, recobren toda su plenitud e importancia: “…Dígase hombre y se habrán dicho todos sus derechos…”
Muchas gracias

Tuesday, November 22, 2011

EL INSTITUTO LA ROSA BLANCA



Por Lincoln Diaz-Balart


          El sábado, 12 de noviembre de 2011, un grupo de amigos nos reunimos en la facultad de derecho de la Universidad Internacional de la Florida (FIU) para activar el Instituto La Rosa Blanca.


         El Instituto trabajará para mantener al día el ideario (producto de toda una vida de estudio, preparación y devoción por Cuba de Rafael Diaz-Balart) de La Rosa Blanca. Trabajaremos para hacer cada día más útil ese ideario – el Proyecto de Programa Político de La Rosa Blanca – para la reconstrucción de la Cuba democrática que se acerca.


         Nos reunimos (desde el Sur de la Florida, desde España y desde Francia) porque pensamos que el momento requiere que nos pongamos a trabajar en una nueva etapa.


         La tiranía intensifica la represión, profundiza el salvajismo y el terror, agrede y hasta asesina a mujeres pacíficas, actuando cada día mas como la anti-Cuba. Y toma medidas para tratar de salvarse. Pero nada salvará a la tiranía. Estamos en el crepúsculo de la barbarie en Cuba. La tiranía se fosiliza, se pudre, se desmiembra.


         Y crecen los héroes dentro de Cuba, en número y en heroísmo, cada día. Tenemos la obligación de ayudar a esos héroes.


         Nos acompañó un gran amigo polaco que viajó desde Varsovia para estar con nosotros, Michal Kaminski, Euro-Diputado abanderado de la causa de la libertad de Cuba. Y también nos honró con su presencia un amigo de otro país hermano, de Lituania, Rolandas Kacinskas, Ministro de la Embajada de Lituania en Estados Unidos, en representación de su brillante Embajador, Zygimantas Pavilionis. (Lituania es el único país de Europa y de muy pocos en el mundo que NO tiene relaciones diplomáticas con la tiranía de Castro). Lituania me entregó el 12 de noviembre la “Estrella del Milenio de Lituania”, un honor que siempre agradeceré. La acepté en honor y memoria a nuestros mártires Orlando Zapata Tamayo, Juan Wilfredo Soto y Laura Pollán.


         Como la reunión del 12 de noviembre fue realmente el comienzo de una nueva etapa de La Rosa Blanca y algunos de los presentes no tuvieron la oportunidad de conocer a Rafael Diaz-Balart, vimos un video preparado por Ana Carbonell con segmentos de entrevistas y discursos de Rafael.


         Formamos cinco Grupos de Trabajo. Un Grupo de Trabajo sobre nuestro cuerpo de pensamiento, para actualizar, para ir mejorando, el Proyecto de Programa de La Rosa Blanca. Un Grupo de Trabajo de Apoyo a la Oposición Interna. Un Grupo de Trabajo sobre Cultura y Arte. Un grupo de Trabajo sobre la Comunicación y la Divulgación de Información (que se encargará de coordinar, entre otros proyectos, la página Web http://www.larosablanca.org/) y un Grupo de Trabajo sobre la Recaudación de Fondos.
Durante la reunión, el amigo Orlando Fondevila moderó un panel de discusión sobre el tema del racismo en la historia y la actualidad cubanas, donde los patriotas cubanos César Menéndez, Vicky Ruiz y Zoé Valdés hicieron brillantes exposiciones.


         Y se otorgó el primer Premio Anual Juana de Dios Gros de Olea, que se entregará todos los años a personas que, por su conducta, personifican los mas altos valores martianos.


         Como explica Rafael Diaz-Balart en “Cuba Intrahistoria: Una Lucha Sin Tregua”, en los primeros días de enero de 1959, dos de los hijos de Juan Gros de Olea, Domingo (de 21 años de edad) y Juan Ignacio (de 22 años) eran choferes de la policía de Santiago de Cuba. Fueron arrestados por los Castro, a pesar de que no había acusación alguna contra ninguno de los dos. El 11 de enero, la madre de Domingo y Juan Ignacio, Juana Gros de Olea, logró entrevistarse con el oficial señalado como “fiscal” de la futura causa contra los mas de 70 cubanos que se encontraban en una celda detenidos. “No hay acusación alguna contra esos hombres”, le dijo el “fiscal” a Juana Gros de Olea, “venga mañana y se llevará usted a sus hijos”. Pero al amanecer del próximo día, 12 de enero de 1959, los hijos de Juana Gros de Olea y otros 70 cubanos fueron montados en camiones y llevados a las cercanías de la loma de San Juan, donde fueron ametrallados y tirados en una zanja común, abierta con tractores. Mas tarde, el tercer hijo de Juana Gros de Olea, Olegario, de 25 años de edad, que trabajaba en una cafetería de la calle Enramada en Santiago, al oír por radio la noticia del asesinato de sus hermanos – criminales de guerra los llamaron – protestó airadamente ante un grupo de milicianos y allí mismo, también fue asesinado.


         Juana Gros de Olea fue una de las fundadoras de La Rosa Blanca en Nueva York mas tarde en ese año de 1959.


         El 28 de enero de 1960, La Rosa Blanca conmemoró en Nueva York el primer aniversario de La Rosa Blanca con dos ceremonias, colocando una corona de rosas blancas ante la estatua a José Martí en la entrada del Parque Central de Nueva York por la mañana, y en un acto en el Hotel Belmont Plaza, de la Avenida Lexington, por la noche.


         Continua Rafael Diaz-Balart en “Cuba Intrahistoria: Una Lucha Sin Tregua”, “Teníamos todos los permisos legales para esos actos y en los dos fuimos brutalmente agredidos por centenares de fanáticos pro-castristas. Las autoridades de este país, entonces en luna de miel con la tiranía cubana, nos encarcelaron a un grupo de La Rosa Blanca y pretendieron condenarnos en un juicio sorpresivo a varios años de cárcel, cosa que se frustró por la valiente y generosa intervención de un abogado y Congresista federal por Nueva York, -Victor L. Anfuso- cuya memoria vivirá siempre en nuestros corazones, y por su hijo, también abogado”.


         Y sigue diciendo Rafael Diaz-Balart en “Cuba Intrahistoria”, “en la velada nocturna, a la que pudimos llegar después de salir de la cárcel, yo expliqué la esencia de la filosofía y la doctrina de La Rosa Blanca, que está en la raíz misma de nuestro nombre”. “Hemos decidido,”  dijo Rafael, “en estos momentos de horror y de luto, cuando las tinieblas de la anti-Cuba se han apoderado de nuestra patria, hemos decidido, sacar la doctrina de nuestro Apóstol José Martí de las profundidades de los estudios, de las bibliotecas, de las meditaciones y especulaciones y ponerla en práctica en nuestras propias vidas. Hemos decidido extraer los versos sencillos -hermosos y profundos- de las antologías poéticas y de las reflexiones intelectuales y hacer de ellos nuestra brújula, nuestra insignia y nuestra bandera. Por eso La Rosa Blanca se llama La Rosa Blanca, porque a las tinieblas del odio y la vesania, queremos enfrentarle la luz del amor y del patriotismo. No en balde, la única nación en el mundo, cuyo dirigente principal convocó a la guerra por amor, es nuestra nación, la nación cubana. Honremos a Martí,” dijo, “poniendo en práctica su doctrina. Su doctrina, que es un evangelio laico y un mandato de luz en este momento de oscuridad y de tinieblas.


         “Los cubanos,” siguió diciendo en aquel acto el 28 de enero de 1960 Rafael Diaz-Balart, “No podemos vivir toda la vida fusilándonos los unos a los otros. En la Cuba libre, por la que luchamos y lucharemos siempre, debemos establecer un legítimo Estado de Derecho, donde reine el imperio de la Ley y de la Justicia, nunca de la venganza y las bajas pasiones; tenemos que huir de quienes prediquen el evangelio bárbaro del odio. Y terminó diciendo Rafael Diaz-Balart: “La patria requiere y requerirá una gran dosis de amor y de perdón”,


            Entonces, en medio de un gran silencio en aquel acto del Hotel Belmont Plaza el 28 de enero de 1960, se puso de pie Juana Gros de Olea, allí presente, y con enorme emoción, interrumpió el discurso de Rafael Diaz-Balart y dijo en voz alta: “Sí Rafael, tienes razón. Tenemos que aprender a amarnos. Yo no quiero que ninguna madre cubana en el futuro tenga que vivir ni un solo día con el sufrimiento con el que yo viviré el resto de mis días”.   


         Para La Rosa Blanca, ese grito de Juana Gros de Olea aquel 28 de enero de 1960 es un mandato ineludible. El primer Premio Juana de Dios Gros de Olea se entregó el sábado 12 de noviembre de 2011 en la facultad de derecho de la Universidad Internacional de la Florida, en memoria de Juana, a sus sobrinos (hijos de crianza) que la sobreviven, Anthony y Edward Arroyo. Y se entregará anualmente a personas que personifiquen, como lo hizo Juana Gros de Olea, los mas altos valores martianos.