Wednesday, August 7, 2013

Para el amigo sincero que me da su mano franca


Por Marta Menor


Mencionar a un cubano “rosa blanca”, es decir José Martí. La poesía de Martí ha sido recitada por todo niño cubano y es ampliamente conocida en el resto del mundo. Aunque no hay nada que podamos encontrar que justifique esta hipótesis, la pregunta es: ¿cabría pensar que la filosofía martiana también penetró en la juventud opositora contra el nazismo durante la segunda guerra mundial?

Desde los tiempos de Martí y su lucha por la independencia de Cuba de las garras de España, miles de individuos han luchado y dado su vida por la libertad. Generalmente es la juventud la que se rebela para defender sus derechos y la que no se conforma con una situación que estima no es correcta para el futuro que anhela. Así empezó la primera resistencia contra el nazismo utilizando la mejor arma que tenían: la palabra. Fue a través de la palabra que un grupo de jóvenes alemanes quisieron abrir los ojos de la sociedad hacia la barbarie del régimen de Hitler fundando un movimiento llamado “Rosa Blanca”.


Eran un grupo de jóvenes universitarios, idealistas, protestantes y católicos aficionados al arte y la lectura unidos no por la política sino por la amistad. Eran un grupo de esos amigos sinceros que ofrecen sus manos francas que nos habla el Apóstol. El grupo mantenía mayormente tertulias -similares a lo que hoy los cubanos en el exilio llamarían “peñas” - para discutir ideas filosóficas y teológicas que rechazaban al régimen, discutiendo libros prohibidos que los llevaban más y más a oponerse a la dictadura de Hitler.

Un grupo pequeño de la Universidad de Múnich, su núcleo no más de unos cinco estudiantes, dos de ellos hermana y hermano, apoyados por un profesor y otros simpatizantes. Lo miembros varones eran veteranos de guerra que habiendo participado en los frentes franceses y rusos, habían sido testigos de las atrocidades nazis y estimaban que de esto seguir, Alemania iría a la derrota. El principio cristiano de estos jóvenes les llevaba a rechazar al militarismo de la Alemania de Hitler. Creían en una Europa federada con principios de libertad, tolerancia y justicia. En su juventud e idealismo, estimaban que la intelligentsia alemana dado su capacidad intelectual, tenía que estar intrínsecamente opuesta al Nazismo ya que Hitler atentaba contra la creación del ser humano. Su objetivo era conseguir “una renovación desde dentro del espíritu alemán severamente herido”. Ellos vieron a su águila, el espíritu alemán, herido y luchaban por que la víbora muriera de su veneno.

Fue un grupo de corta duración, fundado en junio de 1941 existiendo hasta febrero de 1943 y cuya meta era redactar, imprimir y distribuir folletos en las que se llamaban a una oposición contra el nazismo. Sophie Scholl y su hermano Hans lideraban el grupo que incluía a Christoph Probst, Aleander Schmorell y Willi Graf y donde más tarde se unió el profesor Kurt Huber.


En total se produjeron seis folletos, los dos últimos redactados por el profesor Huber. Cuando la mayoría de los folletos habían sido ya distribuidos en lugares importantes, Sophie decidió subir las escaleras de la universidad hasta lo alto del atrio y lanzar los últimos que quedaban sobre los estudiantes. Esto fue visto por un miembro del partido Nazi y Sophie fue arrestada junto con su hermano cayendo los otros miembros pronto en redada el 18 de febrero de 1943.


Los Scholl y Probst fuere los primeros en comparecer ante el tribunal y cuatro días después de la última distribución de los panfletos fueron encontrados culpables de traición y condenados a ser ejecutados en la guillotina ese mismo día 22 de Febrero de 1943. El resto de los miembros del grupo fueron decapitados más tarde en aquel verano. Otros que los apoyaban fueron sentenciados a penas de prisión entre seis meses y diez años.

¿Estaría acaso en uno de aquellos libros prohibidos que leían Sophie y su hermano la bella poesía de Martí? Ellos también creyeron no solo en los amigos sinceros si no también que podían llegar al sentido común de los que les arrancaban el corazón con que vivían. La tiranía nazi y la apatía de los ciudadanos alemanes frente a los “crímenes abominables” del régimen enfurecieron a los miembros idealistas de la “rosa blanca” y este fue uno de los pocos grupos alemanes que denunció las políticas del genocidio nazi.

Hoy un régimen oprime al pueblo cubano y le niega sus derechos inalienables a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad. Hoy mujeres cubanas suben escalinatas de iglesias distribuyendo flores y opositores leen libros prohibidos. Hoy estudiantes son expulsados de las universidades cubanas por promover un referéndum para una transición democrática en la Isla y más tarde ejecutados en “accidentes”.

En más de una ocasión el régimen castrista ha querido secuestrar palabras de José Martí como aquellas de “conozco el monstruo porque viví en sus entrañas” para beneficio propio usándolas contra los Estados Unidos. ¿Pero quién era el monstruo de Martí? ¿No es justo también pensar que este podría ser España - donde vivió por varios años – contra quien se luchaba por conseguir la independencia? Solo que esto no sería “políticamente correcto” ni le serviría de escusa al régimen para sus males ya que la España de hoy es uno de sus mejores clientes y partidarios. Pero sea el monstruo el que fuera, de estar vivo hoy en día José Martí hubiera sido el primero en levantar la pluma y utilizar su palabra contra el régimen que hoy oprime a Cuba.


Hans ante el verdugo se despidió con un grito: ¡Viva la libertad! ¡Viva Alemania! Pocos años después jóvenes cubanos gritaban ante el paredón: ¡Viva Cristo Rey! ¡Viva Cuba! Sophia escribió esta palabras en su diario antes de ser decapitada por el régimen Nazista: Cuando miro a los hombres a mí alrededor, y también a mí misma, siento un enorme respeto ante las personas pues a causa de ellas Dios ha descendido. Por otra parte es lo que menos entiendo. Si, lo que menos entiendo de Dios es su amor.

También es para nosotros difícil el entender el inmenso amor de Dios, por lo que solo cultivamos una rosa blanca.


Marta Menor es una activista por la democracia y analista de asuntos cubanos. Tiene una licenciatura en Economia y estudios de Maestria en Administracion de Empresa y Mercadeo.  Incluida en  Marquis: Quien es Quien en Finanzas e Industria y ex-presidenta del capitulo de Nueva York de Mujeres Ejecutvas Internacional, ha viajado extensamente por Europa y Asia.

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