Thursday, December 27, 2012

MENSAJE DE AÑO NUEVO DEL INSTITUTO LA ROSA BLANCA AL PUEBLO DE CUBA



Miami, FL -- Termina un año y comienza otro.  Casi cinco décadas y media bajo la férula de un loco endemoniado que, al frente de una banda de cómplices, han arrasado literalmente con la nación. Y lo más aberrante, con la aceptación y anuencia de la mayoría del mundo libre. Y todavía hay quienes acusan al pueblo cubano de falta de coraje para enfrentar a sus represores. Lo cierto es que nunca la lucha de un pueblo ha contado con menos respaldo, con menos aliados, que la del pueblo cubano durante estos largos años. Con algunas y hermosas excepciones. Ahora mismo, cuando el castrismo permanece como uno de los pocos muestrarios remanentes de uno de los más abominables engendros del siglo XX; ahora mismo, cuando la tiranía continúa asesinando, apaleando, sometiendo a todo un pueblo a los caprichos vesánicos de un tirano que ha convertido a una otrora próspera nación en su finca particular y en un diabólico laboratorio social en los que experimentar sus desvaríos y su maldad; ahora mismo, se perciben por doquier señales de complacencia, de acercamiento meloso al régimen. Muchos se muestran emocionados con las supuestas “reformas” del “raulato”, manifiestan su disposición a tender puentes colaboracionistas con la tiranía. Exhiben su alborozo ante el abandono europeo. Apuestan por la continuidad de la dictadura y cuentan para ello con el esperado cansancio y el abandono de los patriotas luchadores ante tantas dificultades.

Es cierto que soplan vientos adversos para la causa de la libertad de Cuba, pero no es momento de quejas, sino de intensificación de la lucha. Mucho menos desfavorables son las circunstancias actuales que cuando, en enero de 1959, un grupo de patriotas cubanos encabezados por Rafael Díaz-Balart, fundaron La Rosa Blanca. Lo hicieron entonces contra la opinión de casi todos y sin apoyos.   Pero ese grupo de hombres y mujeres se negó a rendirse. Hoy, pese a todo, sabemos que son muchos, pertenecientes a un variado abanico de pensamientos, los que no se van a rendir. Podemos y vamos a triunfar. El año 2013 puede ser un año decisivo para Cuba.

El Instituto La Rosa Blanca le envía sus mejores deseos al pueblo de Cuba y hace un llamado a todos los patriotas cubanos a redoblar nuestra voluntad de lucha. La tiranía castrista, cualesquiera sean los apoyos y complicidades con que cuente, y cualesquiera sean los disfraces que utilice, puede y va a ser derrotada. De nosotros depende. Debemos hacer de 2013 un año decisivo para la libertad de Cuba.

Wednesday, November 14, 2012

Hay Esperanza

Por Orlando Fondevila


La tiranía castrista siempre lo ha intentado todo para convencer a todo el mundo, y en especial a los cubanos, de que es invencible. Por todos los medios le ha hecho creer a muchos de que su policía política todo lo sabe, de que es imposible rebelarse, de que quienes se le oponen son mercenarios al servicio de Estados Unidos. De que esos Estados Unidos, a través de la historia no han hecho otra cosa que codiciar la posesión de Cuba y de que, para ello, estarían dispuestos a una invasión armada que solo podría resolverse en un baño de sangre y en segura derrota de los agresores. La tiranía siempre ha presumido de la supuesta invencibilidad y genialidad de Fidel Castro, y últimamente en el pretendido pragmatismo del realmente exiguo heredero. También la tiranía ha alardeado siempre de contar con formidables aliados. En tiempos de la Unión Soviética y su Imperio del mal, la tiranía castrista se sentía segura, tanto militar como económicamente. Hoy finge que los avales chino y venezolano son suficientes garantías de sobrevivencia para el régimen.

Por otra parte, utiliza todos sus recursos de chantaje, amenazas y seducción para, por un lado, conseguir la desmoralización de sus oponentes, y por otro, atraerse los recursos necesarios para sostenerse más o menos, más bien menos que más. Y ganar tiempo. El tiempo que necesita la gerontocracia mandante para preparar el terreno a sus herederos, “reformitas” menores de por medio.

Igualmente cuenta la tiranía con el cansancio y la desidia internacional. Conseguir, es su propósito, que en general se olviden de ellos y les acepten, si no como algo normal, al menos como un hecho consumado a largo plazo. Para ello reclaman el aval de los resultados electorales en Venezuela y en Estados Unidos. Aunque simulen lo contrario, están muy esperanzados en que la reelección de Obama produzca en breve plazo cambios favorables para el régimen en las relaciones EE.UU. y Cuba. Mientras tanto, continúan con su implacable acoso a todos cuantos se les oponen internamente, ya sean activistas, periodistas independientes, damas de blanco, blogueros, etc. La violencia alcanza incluso a los que expresan un disentimiento más suave o “moderado”.

Lo cierto es que se percibe cierto desánimo en muchos sectores de la oposición al interior de la Isla. Y muy grave, mucho malestar también dentro de lo mejor y más firme históricamente del exilio. En contraste, repican las campanas de júbilo entre aquellos que por diversas razones, conscientes o no, interesadas o no, juegan el juego de la tiranía. Visto así, a bote pronto, el panorama de la libertad de Cuba se torna desesperanzador.

Pero no. Ese sentimiento de derrota, de que no hay esperanza (al menos a corto plazo), debe ser erradicado de inmediato. Y no por un mero ejercicio de voluntarismo torpe, o de bobo optimismo. Sino porque sí hay esperanza. Porque la historia, nuestra propia historia así lo acredita. Mucho más tiempo tuvieron que enfrentarse los cubanos al colonialismo español. Mayores dificultades tuvieron que encarar nuestros Mambises, también de desunión , también de sectores colaboracionistas, también de escasos aliados en América Latina y en todo el mundo. Pero como recientemente nos recordaba la periodista independiente Tania Díaz Castro, el Padre de la Patria, Carlos Manuel de Céspedes, calificaba al poder colonial de “carcomido y caduco”, añadiendo que si nos parecía grande e invencible era porque lo habíamos contemplado por más de tres siglos de rodillas. El poder tiránico de hoy no es invencible, se halla igualmente “carcomido y caduco” y no podemos ni debemos creernos sus ficciones de poder y fortaleza, y mucho menos contemplarlo de rodillas. La tiranía está vencida, aunque sus gerifaltes y alabarderos no lo vean y aunque nosotros no nos lo creamos.

El castrismo se desmorona. Me permito citar a la bloguera Miriam Celaya: “Si se hace un breve recuento de los signos, se puede comprobar que todas las manifestaciones masivas que daban valor escénico a la revolución de los Castro han ido desapareciendo: las marchas “combatientes”, los trabajos voluntarios, las guardias cederistas, las donaciones de sangre maratónicas, las recogidas de materia prima y más recientemente estas fiestas” (las caldosas de los CDR). O también esta reflexión del periodista Luis Cino: “¿Quién para ahora la clonación de jóvenes irreverentes, hedonistas y anti-sistema …que juegan a la disidencia y para colmo se dan el gusto de escribir sus propias bitácoras del desencanto y la rebeldía?

La verdad es que el castrismo es insalvable. No hay Obama, ni Chávez, ni apoyos o experimentos chinos que le salven. Y eso será así mientras exista un cubano dentro de la Isla que no desista y se rebele, y mientras exista un cubano honorable en el exilio que no lo acepte. Levantemos el ánimo. A lo largo de este más de medio siglo hemos sufrido contingencias peores sin abdicar. Ahora, cerca de la victoria, mucho menos.

Thursday, October 18, 2012

ESTRATEGIA: VARIACIONES DEL MAL



Por Orlando Fondevila


La tiranía castrista, cualesquiera que sea la forma en que se intente presentar –que se ha presentado por más de medio siglo- no es más que una variación del mal que es en sí misma. Es absolutamente imposible que se produzca un cambio verdadero en su naturaleza, que conllevaría por necesidad a su desaparición.

En los últimos años, a partir del supuesto cambio del bastón de mando, se ha venido fabricando el espejismo de una presunta “apertura”, de unas imaginarias “reformas”, en fin, de una “dulcificación” del régimen que, hipotéticamente, irían abriendo caminos hacia una “Cuba mejor y posible”. En otras palabras, un amable y paulatino cambio de naturaleza del mal. De esta guisa, Raúl Castro, al frente de un grupo de atrevidos “reformistas”, estaría llevando adelante la proeza de sacar el maltrecho barco cubano de la inclemente tormenta de horror y miseria que le ha venido azotando sin tregua desde el 1 de enero de 1959. Así, han venido llegando a cuentagotas “audaces reformas”, que han encandilado a buena parte de la prensa internacional, que en un ejercicio más bien pueril de wishful thinking, ha querido ver un cuando menos aceptable cambio de rumbo. Por cierto, no solo la prensa internacional se ha dejado seducir alegremente por las capciosas candilejas, sino que cierta troupe cubana se ha sumado con insólito entusiasmo a la siniestra ilusión. Todo esto a pesar de que las tales “reformas”, en el caso de las económicas, han sido sacadas de un manual de supervivencia, y en ningún modo han estado dirigidas a modificar sustancialmente nada. ¿O acaso no es mera supervivencia la autorización de unas sillas más en “paladares”, o tolerar las peluquerías de personas o de perros (que para el régimen son lo mismo), o permitir la venta con muchas limitaciones de viviendas y carros usados? Para los cubanitos no hay más. Lo grande a que aspira el régimen  –como dejo claro el brumoso canciller Bruno- es a las grandes inversiones norteamericanas, al turismo americano, a los créditos norteamericanos, es decir, al fin del odioso embargo y con ello la anhelada financiación del castrismo por parte de EE.UU.

Pero ocurre que hay otros elementos a tener en cuenta en la estrategia de salvación de la tiranía. Para conseguir lo anterior no podrán soslayar otros factores.  Por un lado, ya no es posible engatusar como antes a la población, ni convendría a los intereses de los Castro y sus secuaces verse obligados a emplear los métodos de terror y control de otros momentos, aunque por supuesto sin renunciar a ellos. Lo que ahora les parece más oportuno es el chantaje. Chantaje si se quiere menos grosero, más risueño en las formas. Y esto tiene que ver también con el otro factor, importantísimo, de la ecuación: el exilio. La tiranía chantajea e intenta confundir al exilio y a los cubanos desesperados dentro de la Isla. La tiranía se inventa una nueva y sutil estrategia represiva, una estafa en toda regla a los sentimientos y a los instintos. Llega entonces la “reforma migratoria”. Se facilita la salida y la entrada de los cubanos a Cuba, como si dijéramos que se nos permite respirar o contemplar un amanecer. Claro, con sus limitaciones. Ni todos serán autorizados a salir, ni todos serán autorizados a entrar. ¿Y por qué alguien tiene que ser “autorizado” a entrar o salir de su casa? ¿Quién, si no Dios, puede autorizarme o no a respirar? Pues sí, los cubanos tendrán que “portarse bien” para ser autorizados a entrar en su casa. La estrategia de la tiranía, es decir, esta variación del mal, consiste en desactivar la combatividad del exilio, así como la posibilidad de que el hastío de la población al interior de la Isla pueda desembocar en una convulsión. Piensan los perversos estrategas que la perspectiva de poder escapar de unos, y las de poder regresar de otros, propiciaría una especie de reino de la amoralidad colectiva, anulando la consustancial ansia de libertad del hombre. Otro engendro más en el diabólico laboratorio en que ha convertido a Cuba el “loco endemoniado”, como magistralmente le definiera Rafael Díaz- Balart.

Puede que la nueva malévola variación pueda surtir efecto en algunos, incluso en muchos. De hecho, ya han aparecido apasionados aplaudidores en ambas orillas de nuestra humana geografía. Estoy seguro de que no tendrán finalmente éxito. Y es que solo miran a la superficie del ser humano. Se quedan en lo aparente del cubano. No ven que la libertad no puede ser apagada indefinidamente. No hay variaciones estratégicas del mal que puedan triunfar ante el anhelo latente de libertad de un pueblo. Cuba y los cubanos serán libres más temprano que tarde.

Monday, September 10, 2012

El Dudoso Proceso de Paz Colombiano




Por Dr. Darsi Ferret
Miami, Florida. 6 de septiembre de 2012.
El anuncio público del presidente colombiano, Juan Manuel Santos, de establecer una mesa de negociaciones con la narco guerrilla de las FARC causa sorpresa, escozor y hasta incertidumbre.  ¿Puede considerarse el fin de la larga guerra en Colombia sin tener en cuenta su sostén financiero y la red mercantil continental, incluidas la transportación y venta de droga, especialmente con destino a los Estados Unidos? ¿Es creíble un arreglo como el que se propone el gobierno colombiano con la guerrilla comunista, limitado a un acuerdo de paz nacional? ¿Qué beneficios pueden aportar al diálogo entre el gobierno y la guerrilla  la participación de Cuba y Venezuela?
Es justo intentar llevar la paz a un país que por demasiado tiempo ha sido azotado por la violencia y el terrorismo de fuerzas subversivas. Más, ¿es posible emprender ese cometido sin tener en cuenta factores externos que quedan fuera del escenario, y también determinan, como el destino de la droga y la fuente que los financia? ¿O la reorganización del tráfico que bandas criminales intentan desplazar a Centroamérica?
Como un hecho aparentemente aislado a esta paz que se quiere lograr en Colombia, emerge una creciente manifestación, paradójicamente unánime, dentro de los países centroamericanos. Desde la frontera sur de México hasta Panamá, los gobiernos y parlamentos manifiestan la intención de lograr consenso para legalizar por ley el consumo de la droga en sus territorios nacionales.
Sin embargo, ¿por qué precisamente ahora semejante medida legal parece tomar inusitada fuerza? Comparado con el rico mercado de consumo de USA y Europa, el nivel de vida en Centroamérica es de bajo perfil, poco atractivo para las ganancias que acostumbran los narcotraficantes internacionales. Entonces, ¿esta propuesta que busca despejar la legalidad del consumo es motivada por la modernidad globalizadora, el consolidado triunfo de una visión contemporánea del derecho personal? ¿O más bien representa un prudente reacomodo  general del sistema legal y de las fuerzas policiales y de prevención de las naciones del área, intentando disminuir en lo posible el nefasto impacto en sus débiles economías de una nueva y poderosa presencia criminal?
Pese a su enorme capacidad financiera, acumulada por muchos años de impunidad, los poderosos narcos mexicanos han sido indudablemente afectados por el creciente combate que en guerra irregular hace años le imponen las fuerzas del orden dentro de su país. Buscando renovar su menguado flujo de capital fresco, los poderosos carteles mexicanos se han desplazado tácticamente de la frontera sur de USA, su principal área de influencia y beneficios.  Aprovechando la poca capacidad de enfrentamiento de unas fuerzas policiales poco financiadas y preparadas para enfrentar semejante desafío, ya han dado varias muestras de crecientes intentonas de reorganizar la transportación de droga desde Centroamérica hasta el territorio norteamericano. El nuevo modus operandi se centra fundamentalmente en darles financiamiento y agresiva operatividad a las violentas bandas de delincuentes de los países centroamericanos, aunque  tampoco renuncian a emprender  operaciones con su propio personal, como lo demostró la reciente captura de una banda mexicana en la frontera entre Nicaragua y Honduras.
Estas particularidades demuestran dos cosas: la primera es que el conflicto colombiano no puede llegar a feliz y definitivo término sin que primero sean anuladas las fuentes de financiamiento de los elementos de las FARC que ahora dan señales de querer pasar a la lucha política y competir en pacíficas elecciones para lograr el poder. El peligro que pueden representar un pequeño grupo de individuos ideologizados en una teoría totalitaria, que hasta el presente han irrespetado el Estado de Derecho y la democracia al intentar denodadamente imponerse en el país mediante el uso de la fuerza y la violencia, y sin desdeñar el terrorismo como brutal instrumento para masacrar compatriotas, no puede ser ignorado o dejado de tener presente por muy repentinas y oportunas declaraciones de paz e integración que sean emitidas por esos extremistas aparentemente arrepentidos. La capacidad de continuar contando con un flujo de capital ilegal para contaminar y destruir el orden institucional colombiano no queda definitivamente excluida con tales declaraciones. La corrupción que traería un creciente e incólume capital proveniente de las inalteradas fuentes de la droga sería un hecho terrible para la democracia y el Estado de Derecho que con algunas dificultades se intenta consolidar en América Latina.
La segunda es que los países centroamericanos constituyen el terreno donde se podría decidir la derrota continental de la alianza entre el tráfico de estupefacientes mexicano y la violencia subversiva de las FARC, destruyendo las fuentes de sustentación de ambos fenómenos criminales. Previamente sería necesario fortificar Centroamérica mediante un pacto inclusivo instrumentado con un proyecto continental, que frene y anule la escalada de expansión operativa de las bandas mexicanas y su innegable poder de corrupción en la nueva base de operaciones que pretenden consolidar. El peso que los Estados Unidos y Canadá podrían aportarle con su tecnología, experiencia e información de inteligencia serían determinantes, tal como se ha reflejado en el Plan Colombia y que lamentablemente no se ha consolidado con un semejante Plan México. Están a la vista los adversos resultados de esta falta de acuerdo por las autoridades de ambas naciones para un proyecto de mutuo beneficio en esta importantísima fase de la lucha contra el narcotráfico y la tenaz supervivencia de la guerrilla colombiana.
Y debe mencionarse que la lucha frontal del ex presidente Álvaro Uribe, que en sus dos gestiones de gobierno propino duras bajas a las FARC y cambio el escenario nacional, dejando a la narco guerrilla en una situación de desventaja total, y que devolvió la tranquilidad ciudadana en gran parte del territorio colombiano, no alcanzó aniquilar a esas tropas insurgentes por el refugio y la protección solapada que reciben en los territorios fronterizos de Venezuela y Ecuador. Sin ese significativo apoyo habría sido difícil que aún se sostuviera en beligerancia ese grupo armado.         
La reciente revelación sobre la presencia del gobierno cubano en las negociaciones de paz en Colombia también arroja una lúgubre luz sobre sus resultados positivos que el mismo podría traer para el pueblo colombiano. Los representantes de la Junta Militar castrista reciben instrucciones de la misma dictadura totalitaria que durante años promovió, entrenó, suministró armas, inteligencia, refugio y hasta base para negociaciones a los subversivos y narcotraficantes colombianos.
Juez y parte de esta sangrienta lucha fratricida, el régimen cubano es igualmente responsable de su larga duración. ¿Por qué se incluye a semejante enemigo de la paz y la libertad en tales conversaciones? Dando vueltas en el mismo punto, América Latina parece trasnochadamente influenciada por una vieja táctica occidental frente al totalitarismo soviético. La pasiva contención y tolerancia inclusiva de los gobiernos del continente con un ponzoñoso sobreviviente político que intenta subvertir y destruir la democracia y el Estado de Derecho en cualquier parte, pero sobre todo en su entorno cercano, también parecen inspiradas en la desacertada certificación de la Administración Obama al calificar al sistema imperante en la isla como no peligroso. Este lamentable error a mediano plazo puede pesar  negativamente sobre las intentonas de pacificación en  el hermano país suramericano.

Monday, August 6, 2012

Palabras del 2 de agosto de 2012



Por Lincoln Diaz-Balart 
           El 2 de agosto de 2012, en representación del Instituto La Rosa Blanca, participé en un Foro titulado “Movimientos Democráticos en Estados Totalitarios” en el Capitolio de Washington, DC, organizado por el Instituto Internacional Republicano, la Asamblea de la Resistencia Cubana, y el Centro para la Libertad y la Democracia.
            A continuación por favor vea las palabras que pronuncié allí ese día:
            Al verlos a cada uno de ustedes, es imposible no recordar las palabras de Martí: “Cuando hay muchos hombres sin decoro, hay hombres que tienen el decoro de muchos hombres”.
            La solidaridad con el pueblo de Cuba que ustedes manifiestan, la solidaridad de los gobiernos aquí representados, de las organizaciones patrióticas cubanas, y de las organizaciones no-gubernamentales aquí presentes, es más importante hoy que nunca, y será agradecida por los cubanos para siempre.
            No repetiré lo dicho por los presentadores anteriores, Mauricio Claver-Carone, Mario Diaz-Balart, el Encargado de Negocios de la Embajada de Hungría en Estados Unidos András Bácsi-Nagy, Orlando Gutiérrez, el Embajador de la República Checa en Estados Unidos Petr Gandalovic, el Presidente del “National Endowment for Democracy” Carl Gershman, Albio Sires e Ileana Ros-Lehtinen, pero cada palabra pronunciada por ellos hoy aquí ha sido de importancia.
            Albio Sires habló de la unidad de los Congresistas cubano-americanos. Es verdad, no importa si son Demócratas o Republicanos, juntos trabajan por la libertad de Cuba, porque reflejan y representan la unidad de los cubanos.
            En la tarde de hoy yo no estoy pensando en las casi dos décadas de mi trabajo aquí en este Congreso, sino en los primeros años de ésta larguísima lucha por la libertad de Cuba. Recuerdo a mi padre y a los otros cubanos que comenzaron ésta lucha, como el padre de mi hermana en la causa Ileana Ros-Lehtinen, Enrique Ros, y el padre del distinguido Comisionado del Condado que nos acompaña hoy, Esteban Bovo. Mi padre siempre soñó con la unidad de los cubanos y trabajó incesantemente para que Cuba lograra superar las grandes diferencias del pasado. Él estuvo aquí en este Capitolio hace muchos años, en 1962, y su amigo, el Congresista Víctor Anfuso introdujo una Resolución pidiendo que Estados Unidos reconociera a un gobierno de Cuba en el exilio. La idea era que fuera presidido por el Presidente Constitucional, Carlos Prío Socarrás. ¿Verdad que era lógica la idea? Pues, sin entrar en los tristes pormenores del por qué, no fue posible. Es una realidad que la unidad de los cubanos no era posible en esos momentos.
            Pero, tomemos conciencia de que ese sueño de mi padre, la unidad de los cubanos, por fin se ha hecho realidad. No es que haya unidad en todas las ideas, de la misma forma en que habrán múltiples partidos en el futuro representando a todas las ideologías, pero sí existe una fuerte unidad de propósito. Unidad en el propósito de que Cuba sea libre, con un genuino Estado de Derecho. Van surgiendo nuevos líderes cubanos. Recuerdo como durante años admiré sin conocerla a Bertha Antúnez, la hermana del gigante del centro de Cuba, Antúnez. Bertha está aquí con nosotros esta tarde (aplausos). Recuerdo durante años admirar sin conocerlo al Dr. Darsi Ferrer. Él está aquí hoy entre nosotros (aplausos). Ellos, como los héroes de la oposición que siguen luchando dentro del monstruo totalitario, serán líderes en la Cuba libre que se acerca.
            Orlando Gutiérrez nos dio la noticia de los próximos pasos que tomarán los héroes de la oposición interna en Cuba a pesar de la represión sin límite del régimen. Yo les diré algo más. A pesar de la brutal represión, cruel y violenta, en el crepúsculo de la barbarie, la larga pesadilla de la tiranía feudal y totalitaria que tortura y destruye a Cuba, está llegando a su fin. La tiranía de los Castro está absolutamente podrida de raíz. No podrá sobrevivir. Pronto nacerá la nueva República, a la que contribuiremos con amor y devoción cada uno de nosotros, con todos y para el bien de todos.

Tuesday, July 24, 2012

Oswaldo Payá y Harold Cepero


Por Lincoln Diaz-Balart

           Los Castro han vuelto a asesinar, algo muy natural para ellos. En realidad, nunca han dejado de asesinar durante los 53 años que han estado en el poder absoluto en la triste y esclavizada isla de Cuba.
            Esta vez, tras asesinar a los presos políticos Orlando Zapata y Wilmar Villar y la líder de las supremamente-admiradas Damas de Blanco, Laura Pollán, han asesinado al también admirado líder opositor Oswaldo Payá Sardiñas y al dirigente de la Juventud del Movimiento Cristiano de Liberación, Harold Cepero.
            Yo tuve el privilegio de conocer personalmente a Oswaldo Payá cuando él visitó Estados Unidos tras haber recibido el Premio Sakarov del Parlamento Europeo. El patriota y amigo Orlando Gutiérrez lo acompañó a mi oficina en Miami, donde esperábamos para conversar con Payá, Ileana Ros-Lehtinen, Mario Diaz-Balart, Enrique Ros, Ana Carbonell y yo.
            Discrepamos, siempre con respeto, sobre algo que le dijimos personalmente en ese momento, que el “Proyecto Varela” no hacía un llamado explícito de la necesidad de la legalización de todos los partidos políticos en la apertura democrática que todos los que nos oponemos a la tiranía buscamos para Cuba. Más tarde, en su incesante trabajo por Cuba libre, Oswaldo Payá aclaró ese tema. Era un verdadero demócrata y un patriota que amaba a Cuba.
            Oswaldo Payá era el líder indiscutible de un movimiento político de gran importancia. Él iba a ser, sin duda alguna, una voz de gran relieve en la Parlamento de la Cuba libre que se acerca. Su asesinato por la tiranía, con tácticas típicamente estalinistas, constituye un monstruoso crimen contra el pueblo cubano, un crimen que no prescribirá. Tanto los que ordenaron el crimen como los que lo ejecutaron, tendrán que enfrentar la justicia cuando exista el Estado de Derecho en Cuba por el que luchó y murió Oswaldo Payá.
            Oswaldo Payá tuvo la extraordinaria gentileza de enviarme una sensible carta de condolencia con motivo de la muerte de mi padre, Rafael Diaz-Balart, en 2005.
            En estos momentos de luto para toda Cuba, yo le envío mi más sincero y sentido pésame a su viuda, Ofelia Acevedo, a sus hijos, Oswaldo José, Rosa María, y Reinaldo Isaías, y a toda la familia de Oswaldo Payá, como también a la familia del patriota Harold Cepero. Que descansen sus almas en paz. Cuba siempre los recordará con profunda devoción y admiración.

Monday, July 2, 2012

Hungría y la República Checa/Hungary and the Czech Republic


Lincoln Díaz-Balart con el Primer Ministro Viktor Orbán en Budapest, junio, 2012

Por Lincoln Díaz-Balart


Durante un viaje en el ejercicio de mi profesión de abogado internacional estuve la semana pasada en Budapest y Praga, las capitales de Hungría y la República Checa.



En Budapest tuve el honor y el placer de reunirme con el Primer Ministro húngaro Viktor Orbán y su asesor de política exterior, Jeno Megyesy. El Primer Ministro Orbán, además de ser un gran líder, es un amigo extraordinario de la causa de la libertad de Cuba, como lo son también su asesor en asuntos internacionales Megyesy, el Embajador de Hungría en Estados Unidos Gyorgy Szapáry y el Ministro Consejero de la Embajada húngara, Andras Bacsi-Nagy. 



Yo he hablado en varias ocasiones del concepto de la nueva vecindad. En el pasado, los vecinos de un país eran determinados solo por la geografía. Hoy, experiencias comunes, aspiraciones, valores y la solidaridad determinan quienes son nuestros vecinos, tanto o más que la geografía. Ningún ejemplo de esto puede ser más dramático que cuando pensamos en Cuba, la República Checa y Hungría. Debido a la similitud de experiencias y valores, a la solidaridad y a las aspiraciones de esos pueblos, se puede decir que los pueblos de Cuba, Hungría y la República Checa son vecinos. 

Los tres pueblos sufrieron muchas décadas de opresión comunista. Los tres aspiran a la libertad y la democracia. 

Los tres pueblos genuinamente entienden las realidades de los otros y desean lo mejor para el futuro de los otros. En este nuevo mundo en que vivimos, Cuba, Hungría y la República Checa son vecinos. Nunca he sentido más firmemente la realidad de ese concepto que cuando he estado reunido con nuestros grandes amigos húngaros y checos.



Recuerdo como Viktor Orbán “adoptó” públicamente en el 2007 al entonces preso político, Dr. Oscar Elías Biscet, y los múltiples otros actos de solidaridad de Orbán con la oposición cubana desde entonces, como su carta de apoyo a la nominación de Guillermo Fariñas para el premio Sajarov del Parlamento Europeo en 2010. Espero sinceramente que el Primer Ministro Orbán nos visite pronto en Miami para que el exilio cubano pueda agradecerle personalmente su solidaridad con la causa de Cuba libre.



En Praga la semana pasada fuimos recibidos por el amigo Martin Palous, valiente signatario de la Carta 77 en 1977, ex-preso político de los comunistas, y más tarde asesor muy cercano del legendario presidente checo Vaclav Havel, Vice Ministro de Asuntos Exteriores y Embajador checo en Naciones Unidas y en Estados Unidos. Palous es una figura verdaderamente histórica, que siempre tendrá el agradecimiento de los cubanos por su excepcional solidaridad con la causa de la libertad. 



Hoy en día Martin Palous es profesor de la “Florida International University” y continua siendo un muy especial amigo de la libertad de Cuba. Palous me llevó al Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Checa, donde tuve un dialogo a fondo con varios funcionarios, incluyendo el director de asuntos políticos Pavel Fischer y el director de asuntos latinoamericanos Imrich Kliment. Y pude agradecerle una vez más a la República Checa su solidaridad verdaderamente excepcional con la causa de la libertad de Cuba a través de las últimas décadas.

----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

By Lincoln Diaz-Balart

Last week, during a trip in my professional capacity as an international lawyer, I traveled to Budapest and Prague, the capitals of Hungary and the Czech Republic.

In Budapest, I had the honor and pleasure of meeting with the Hungarian Primer Minister Viktor Orbán and his foreign affairs advisor, Jeno Megyesy. Prime Minister Orbán, in addition to being a great leader, is an extraordinary friend of the cause of free Cuba, as are his foreign affairs advisor Megyesy, the Hungarian Ambassador to the United States, Gyorgy Szapáry, and the Embassy’s Deputy Chief of Mission, Andras Bacsi-Nagy.
           
I have spoken on several occasions of the concept of the new neighborhood. In the past, a country’s neighbors were determined solely by geography. Today, common experiences, aspirations, values, and solidarity determine who a country’s neighbors are, as much as or more so than geography. No example of this can be more dramatic than when we think of Cuba, Hungary and the Czech Republic. Due to the similarity of experiences and values, solidarity, and the aspirations of those peoples, one could say that the peoples of Cuba, Hungary, and the Czech Republic are neighbors. The three peoples suffered many decades of communist oppression. The three aspire to freedom and democracy. The three genuinely understand the realities of the others and hope for the best for the others. In this new world in which we live, Cuba, Hungary, and the Czech Republic are neighbors. I have never felt the reality of that concept more strongly than when I have conversed with our great Hungarian and Czech friends.

I recall when Viktor Orbán publicly “adopted” the then political prisoner, Dr. Oscar Elias Biscet in 2007, followed by many other acts of solidarity by Orbán with the Cuban opposition since then, such as his letter in support of the nomination of Guillermo Fariñas for the Sajarov Award of the European Parliament in 2010. I sincerely hope that Prime Minister Orbán will visit us soon in Miami so that the Cuban exile community can personally thank him for his solidarity with the cause of free Cuba.

In Prague last week, we were received by our friend Martin Palous, brave signatory of “Charter 77” in 1977, former political prisoner of the communists, and later a close advisor to the legendary Czech president Vaclav Havel, Deputy Minister of Foreign Affairs and Czech Ambassador to the United Nations and the United States. Palous is a truly historic figure, who will always have the gratitude of the Cuban people for his exceptional solidarity with the cause of freedom. Today, Martin Palous is a professor at Florida International University and continues to be a very special friend of the freedom of Cuba. Palous took me to the Ministry of Foreign Affairs in Prague, where I had a profound dialogue with various officials, including the director of political affairs Pavel Fischer and the director of Latin-American affairs Imrich Kliment. And I was able to thank the Czech Republic once again for its truly exceptional solidarity with the cause of free Cuba during the last decades.