Con mi amigo Alfredo Moreno frente a La Casa Cuba de Tampa |
Conmemorando el natalicio de Martí en Tampa, 27 de enero de 2013 |
Por Lincoln Díaz-Balart
Conocí al patriota cubano Alfredo
Moreno durante mis años de estudiante universitario en el New College, de
Sarasota, Florida (1973-1976). Yo formaba parte durante esos años de una
organización estudiantil que trabajaba por la libertad de Cuba, llamada Abdala.
Era el único miembro de Abdala (y el único cubano) en el New College en
Sarasota.
Un día salió publicada una breve
nota en el Sarasota Herald-Tribune sobre el hecho de que en New College había
un joven estudiante cubano, miembro de Abdala. Y entonces se apareció, en mi
dormitorio universitario una tarde, una delegación de patriotas cubanos que vivían
y trabajaban en Sarasota, dirigidos por Alfredo Moreno. Recuerdo que uno de
ellos era el “Maître D” del
Restaurante “Columbia” en Sarasota, Claudio Guinart. Alfredo Moreno también
trabajaba en un restaurante del área. Los patriotas cubanos que vivian en
Sarasota y yo compartíamos el amor y la devoción por Cuba, y nos hicimos
grandes amigos. Alfredo Moreno me invitó a participar junto a él en un acto
conmemorando la lucha y muerte del General Antonio Maceo frente al ayuntamiento
de Sarasota.
Han pasado casi 40 años, y mi
amistad con Alfredo Moreno sigue inalterable. Igual que continúa nuestra
devoción y nuestro amor por Cuba y los cubanos, y nuestra lucha por Cuba libre.
Alfredo Moreno es ahora el
Presidente de La Casa Cuba de Tampa. Allí estuve en la mañana del domingo 27 de
enero, acompañado por mi colaboradora del Instituto La Rosa Blanca, la doctora
Diana Arteaga, celebrando el 160 aniversario del natalicio del Apóstol de la
libertad de Cuba.
Más tarde ese día, tras haber visitado
el Club Cívico Cubano, donde los patriotas cubanos el Coronel Orlando Rodriguez
y Nilda Plasencia muy gentilmente nos enseñaron el importante museo de cubanía
existente allí, nos reunimos unos 150 cubanos en un almuerzo convocado por La
Casa Cuba, para recordar nuevamente a Martí y pensar juntos sobre el futuro de
Cuba y su libertad.
Durante el almuerzo, les dije a los
presentes que, aunque el tirano cubano (y su hermano, el tirano en funciones)
continúan controlando la chequera de Chávez (de los fondos que el régimen
chavista les roba al pueblo venezolano), y que los Castro están orquestando la
transición venezolana para continuar controlando la chequera de Chávez aún más allá
de la vida de Chávez, con el visto bueno de la Administración Obama, la
libertad de Cuba se acerca.
Se acerca la libertad de Cuba porque
a los Castro ya solo les queda la represión para mantenerse en el poder y han
logrado que todo el pueblo cubano sienta repulsión por ellos. Es solo cuestión
de tiempo.
Los héroes de la oposición interna
crecen, en número y en heroísmo, cada día. El loco endemoniado, fuente de toda
idea de la tiranía por 54 años, pronto pasará de ser cadáver insepulto a
cadáver sepultado. Entonces el tirano en funciones no podrá mantener intactas
las estructuras de poder del régimen. Inevitablemente y de forma inexorable, la
tiranía se pudre, se fosiliza, se desmiembra.
Y es importante tomar conciencia de
lo que significará para el futuro de Cuba el poder político cubano-americano en
Estados Unidos. Y, muy en especial, el amor por Cuba que llevan en sus
corazones dos millones de cubano-americanos. Las nuevas generaciones de
cubano-americanos quieren ver a Cuba feliz, próspera, y libre. Y la devoción
por Cuba que llevan los jóvenes cubano-americanos en sus almas se debe a sus
abuelos, al amor por Cuba que siempre vieron y sintieron en sus abuelos. A esos
abuelos, cientos de miles de nobles patriotas cubanos, Cuba siempre les estará agradecida.
Si quieren realmente saber de qué estoy hablando, vayan al hermoso hogar en
Tampa de Mario y Caruca Quevedo y vean el bello cuadro y el escrito, obras de
la nieta de ellos dedicadas a su abuelo, el patriota cubano Mario Quevedo.
Yo siempre les estaré agradecido, a
mi gran amigo Alfredo Moreno y a todos los patriotas de La Casa Cuba y del Club
Cívico Cubano de Tampa, por el cariño que me demostraron, y especialmente por
su amor por Cuba.