La prohibición por parte del gobierno de Cuba de las salas de
proyección de cine particulares tiene una lógica nada acorde con la política
permisiva mantenida por el régimen en los últimos dos años. La justificación
dada por el gobierno de que estas salas eran ilegales y violaban los preceptos
culturales de la revolución no convence a las personas que han visto cómo esa
revolución ideológica castrista se trasviste en el sistema medieval en que ha deparado
las transformaciones de Raúl Castro.
Si el régimen de la isla pretende organizar el tremendo desbarajuste
económico, político y social de Cuba, tendrá que paralizar la mayoría de las
medidas tomadas en los últimos años y comenzar de nuevo las transformaciones, dotándolas
de una base jurídica clara y transparente para todos los sujetos de la
sociedad. El gobierno de los Castro
debería empezar por definir el marco político, económico y cultural de la
sociedad que desea construir. Debería
definir en qué consiste el socialismo del siglo XXI y de esa forma el pueblo podría
saber hacia donde va y qué esperar del futuro bajo tales condiciones.
Sería importante definir qué es legal en Cuba para así entender la
justicia de los Castro. ¿Es legal que un cubano gane 20 dólares al mes, es
legal que los cubanos paguen sus compras
con una moneda que no ganan en sus trabajos, es legal que los cubanos no puedan
elegir directamente a su presidente, es legal que legislen y se deroguen leyes
sin el visto bueno del pueblo, es legal que un pasaporte cubano cueste 400 dólares,
el legal que te organicen actos de repudio por tener ideas contrarias al gobierno, es legal ir
preso por pensar diferente, es legal que los altos cargos del gobierno y sus
familiares concentren en sus manos la grandes empresas de Cuba y los cubanos no
sepamos cuánto facturan y qué se hace con ese dinero. Es legal que no haya
libertad de opinión ni prensa libre. Es
legal estar en el poder por más de 54 años?
El estado actual de las cosas tiene su origen en las maniobras del
gobierno cubano destinadas a dar la impresión de hacer aperturas y cambios para, en realidad, no hacer nada. Pero la espontaneidad popular ha ido ocupando las
parcelas abandonadas tácticamente por el régimen. En este juego de hacer sin
hacer, el pueblo ha decidido emprender
acciones para satisfacer su presente, tantas
veces pospuesto por el régimen con aquello del “eterno sacrificio de hoy en
aras del futuro luminoso”. Los cubanos
se han dado cuenta de que hoy existe,
fuera de Cuba, una época diferente que
han ido introduciendo dentro de la isla en maletas, películas, ropas, libros, olores,
celulares, Internet , música, y
sentimientos para hacerla suya.
Los cubanos han visto que el mundo es en tres dimensiones, es digital,
y con sonido envolvente. Han descubierto que en la actualidad se puede ver más allá del primer plano, seguir con asombro un objeto que emerge del
profundo infinito hasta invadir prácticamente nuestro espacio. Los cubanos han
percibido los sonidos aquí y allá, revoloteando en increíbles siluetas
y han hallado la libertad de la
imagen y el sonido, ese espacio donde todos los colores, todos los objetos y
todos los ruidos cuentan.
Al parecer el gobierno abrió las verjas de la gran cárcel nacional para
que los cubanos salieran en masas y evitar así el temido amotinamiento, pero los cubanos decidieron quedarse y transformar su propio país llevando a cada rincón de la isla la anárquica
voz del desarrollo. Y es cierto que muchos
salieron llenos de ansias y curiosidad, pero regresaron cargados de vida y con
un proyecto transformador. Muchos
pensaron que, por primera vez en años, tenían el derecho y la autonomía para
transformar sus vidas, libres del aparato estatal.
Sin embargo, ahora el gobierno quiere decirle a los cubanos que el mundo
es analógico y que el sonido es estéreo. Castro pretende reimplantar un primer plano
que opaque todo lo demás y vuelve a llamar cultura a la censura, y aupa el obscurantismo, el gusto manipulado, la implantación de ideas y el adoctrinamiento.
Los Castro, para estar en su hábitat, prefieren el descontento y la
desazón, el clandestinaje, la doble
moral, las trincheras contra nadie, las barricadas contra el pueblo, necesitan del
imperialismo y la CIA para así seguir por los siglos de los siglos, en el
poder.
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