La dictadura castrista arriba a sus 60 años en Cuba mientras internacionalmente sus apoyos decrecen. En este contexto desfavorable para el continuismo, vale la pena hacer un pequeño análisis a propósito de la oposición anticastrista de dentro y de afuera.
Si usted es opositor o activista anticastrista y tiene la libertad de Cuba como prioridad, una de las actitudes más prácticas que podría adoptar sería la de evitar la discrepancia y el enfrentamiento con sus homólogos opositores o activistas, concentrándose en combatir o denunciar al castrismo. Quienes siempre están de acuerdo nada aprenden el uno del otro, pero quienes nunca están de acuerdo suelen destruir cualquier posibilidad de avance o liberación. Y da la casualidad que quienes nunca están de acuerdo con nadie, solo con su inmovilismo intransigente, son legión en el caso cubano. Legión procastrista que se cree anticastrista o se vende como tal.
Mi modesto consejo a los "anticastristas" en la práctica procastristas: Si usted es "blando" y no le gusta tal o más cual iniciativa de un "duro", simplemente ocúpese de hacer algo lo suficientemente "blando" como para molestar al castrismo en lugar de hacerle el trabajo al castrismo criticando, estigmatizando o persiguiendo al "duro". Y viceversa: Si usted es "duro" y no le gusta tal o más cual iniciativa de un "blando", simplemente ocúpese de hacer algo lo suficientemente "duro" como para molestar al castrismo en lugar de hacerle el trabajo al castrismo criticando, estigmatizando o persiguiendo al "blando".
En la unidad se agazapa la farsa (sencillamente se trata de una utopía, al menos en el caso cubano). Pero en la división prosperan el egobiado y el G2. El término medio, el centro en la altura, consiste no en abandonar nuestras convicciones para circunstancialmente quedar bien con una u otra tendencia, sino en quedar bien con nuestras convicciones obrando en consecuencia: Haciendo, creando, poniendo manos a la obra en lugar de estigmatizar la obra de otros anticastristas porque es demasiado "blanda" o demasiado "dura". En definitiva --cuando enfrentan o denuncian el esclavismo, claro está--, todos los modos de una u otra manera, en mayor o menor grado, contribuyen al mismo fin liberador.
Olvídese de que algún día los cubanos estarán de acuerdo unánimemente: eso solo pasa en la Asamblea Nacional del Poder Popular y en algunas malas películas. En lo que sí todos los opositores podrían, o deberían ponerse de acuerdo, es en establecer cuál es su prioridad y, si esa prioridad es la liberación de Cuba --como se supone puesto que hablamos de anticastristas--, en combatir y criticar el castrismo, nunca a sus enemigos aunque no sean nuestros amigos. Esta es la única unidad necesaria y posible.
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