Tuesday, July 29, 2014
Sí Hay Peligro
Por Lincoln Diaz-Balart
Sí hay peligro. Sería irresponsable restar importancia a las señales que a diario nos llegan de una cada vez más enrarecida situación internacional. Por un lado, los crecientes apetitos imperiales, estos sí, de Rusia y de China. Por otro, la cada vez más alarmante ausencia de liderazgo de Estados Unidos bajo la Administración Obama. La libertad, la democracia, los valores que ha venido representando Occidente, y la prosperidad, están amenazados. Es una especie de retorno a una época que creíamos superada. Con nuevas estrategias y disfraces parece resurgir el mundo tenebroso que asumíamos vencido. Rusia y China otra vez, los mismos de antes, más o menos con nuevas máscaras. Y la finca de Castro, otra vez sumisa, de nuevo alquilándose en vergonzoso contubernio con lo peor del mundo: la Rusia mafiosa e imperial de Putin, la china de los comunistas millonarios y esclavistas, el espanto de Corea del Norte, de Irán y Siria, la patética Venezuela de Maduro y varios etc.
El achacoso Castro, el loco endemoniado, sigue ahí, tan presente como siempre, como ideólogo y orientador del mal. Su finca, súbditos incluidos, como triste factoría china y mercenaria a las órdenes del nacionalismo fascista ruso. Eso sí, sin abandonar la retórica comunista. La finca de los Castro, arruinada, utilizando su capital simbólico y su influencia en la delirante izquierda latinoamericana, convertida en cabeza de playa para la penetración china y rusa en el subcontinente. Entregada en cuerpo y alma a cuanta causa contra Estados Unidos y Occidente se mueva en el mundo. Y por supuesto, el pueblo cubano, a merced de toda esta locura, aplastado, ignorado y humillado.
Hay quienes aducen que la Cuba actual, desvencijada por los Castro, significa poco desde el punto de vista económico para China y Rusia, así como que estos países ya no están para regalías como en el pasado. Es cierto. Pero de lo que se trata es de inversiones de pacotilla y de migajas, a cambio de la utilización estratégica, subversiva y militar de la tiranía castrista al servicio dócil de los planes expansionistas rusos y chinos.
Los Castro están dispuestos a todo con tal de garantizar su permanencia en el poder. Y ahora, desconfiados del futuro de su colonia venezolana, apuestan desesperadamente por Rusia y China. Y lo hacen exhibiendo unos niveles de abyecta sumisión que superan incluso los alcanzados en las décadas “doradas” de la Unión Soviética y el “campo socialista”. Ahora los Castro se babean ante Putin y Xi Jinping, borrando los tiempos del “borracho Jrushov” o del “viejo chocho Mao”. Castro llega a afirmar, en el colmo de lo patético y lo cursi, que Rusia y China, en su gira reciente por América Latina, “estarían culminando una de las proezas más grandes de la historia humana”. Increíble. Grotesco.
Sí, hay peligro. Los patriotas cubanos y los demócratas debemos estar alertas e incrementar nuestro trabajo por la libertad de Cuba. No es exagerado afirmar que liberar a Cuba de los Castro no solo estará liberando al pueblo cubano y garantizando su futuro de libertad y prosperidad, sino que estará prestando un servicio enorme a la libertad en cualquier parte del mundo.
La tiranía castrista no puede ser salvada ni por “el médico chino”, ni por el abrazo del oso ruso. Los patriotas cubanos, dentro de Cuba y en el exilio, no lo permitirán.
Saturday, July 5, 2014
Aquelarre en El Callejón del Muerto
Por Mario Félix Lleonart Barroso
Ya en la revista Signos No. 48, 2003, relato el origen del nombre de uno de los
trillos que circundan por las afueras la comunidad en la que pastoreo la
iglesia bautista, en Taguayabón, lo cual no repetiré aquí. La revista está en
la red y puede ser accedida así como otros números en los que colaboré, y que
constituyen por cierto algunas de mis mayores satisfacciones. Pero esta vez no se
trata de folklore (todavía), sino de un suceso de ayer mismo, 4 de julio de
2014, Día de la Independencia en USA.
Nunca el abandonado callejón en su solitaria y
triste historia estuvo tan concurrido, hasta con varios autos parqueados, lo
cual me atrevo a asegurar es algo completamente inédito. No pasó desapercibido
a escurridizos testigos habituales de la zona quienes me dieron fe de lo que
cuento. Lo más extraño para ser aquelarre fue la hora escogida, cercana al
mediodía. Quienes se reunían no incurrían en asociación ilícita, de lo
contrario habría durado apenas segundos con bastante éxito.
Ya que de por sí un aquelarre haya tenido lugar en
el callejón del muerto merece ser objeto de mi atención por haber sido yo uno
de sus juglares, si es que ha habido otros. Pero hay algo más que me implica y
fue la razón por la que me lo contaron. Uno de los autos participantes un rato
antes intentó darme un aventón lo cual me pareció tan bueno como para ser real,
prejuiciados como estamos los cubanos con todo lo que parezca positivo, después
de tantas desilusiones, que lo rechacé categórico, casi que escapando. Hoy no
sé por qué, tal vez aderezado por extrañas llamadas telefónicas de probables
amables choferes que me ofrezcan transporte, he pensado tanto en el extraño
episodio y hasta he evadido otras nuevas ofertas matutinas. Me han sido
recurrentes hoy imágenes de mártires como Popieluzko, Payá o Harold; y hasta he
llegado al punto de mal pensar que el nuevo muerto del callejón iba a ser yo y
que dejé sin victima el aquelarre.
Todo esto sucede en medio de un ambiente enrarecido,
donde desde hace semanas se obvian métodos convencionales y donde la atmósfera
a nuestro alrededor se carga y carga más, a medida se acerca el día fijado para
un vuelo en el que junto a mi esposa e hijas, y de otros miembros de la
iglesia, a invitación de congregaciones hermanas en USA, continuaremos
estrechando los lazos, a ambos lados de las dos orillas, en un auténtico
intercambio pueblo a pueblo, y de Fe a Fe contra el que no podrán.
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